sábado, 22 de noviembre de 2008

De los amores negados


"De los amores negados", este es el último libro que he empezado a leer y tras leer el primer capítulo, os dejo algunas frases de él que me han marcado o gustado bastante, no sé como terminará o si me gustará pero de momento pinta bastante bien. ¿ Con qué frase os quedaríais vosotros?

"Siempre había creído que los sueños eran presagios negativos disfrazados de alegría. Se levantó con desgana y empezaron a escurrirle pensamientos entre el agua y el jabón que le lavaban. Se dio cuenta que mientras frotaba la piel, en realidad estaba tratando de quitar una mancha que de repente había descubierto en su mente"

"Sus días se habían convertido en un ir y venir de sueños frustrados; una monotonía vestía como uniforme su alma y le impedía disfrutar de nada"

"Se encontró imaginando ríos de lágrimas que bajaban por su escalera hasta crear el diluvio de los amores negados. Sin darse cuenta terminó concluyendo en voz alta que todos necesitaban de un sueño para vivir o se corría el grave riesgo de morir por partes"

"Coleccionamos para llenar vacíos. Cuando estamos llenos por dentro no tenemos espacio para nada exterior"

"Estaba convencida de que lo más importante, lo que de verdad hacía feliz a un ser humano era sentirse entendido por alguien. La incomprensión era el caldo de cultivo de la soledad crónica, el carcoma que engendraba el desamor."

"No había peor soledad que aquella que se vivía acompañada de carcajadas y felicidades ajenas"

"Había descubierto que cuando las personas no podían soportar algo que les dolía demasiado, recurría a la risa para ocultar su pena"

"Pensaba que debía existir un chico para cada chica, y el de ella tendría que ser el mejor. ¡Qué ingenuidad tan bella la del niño! Ahora le gustaría volver a creer"

"Las lágrimas se habían ido secando, y no había cosa peor que perder las lágrimas; porque las lágrimas lavan; porque cuando se pierden las lágrimas se va perdiendo la tristeza, y el perder la tristeza se pierde el camino que lleva a la alegría, a la dicha de saberse vivo y vivido"

"Todo le daba igual. Pensó que estaba a punto de empezar a morir por partes. Se había quedado sin un sueño. La monotonía se había ido colando por la ranura de su puerta y ahora le había invadido lo que más había querido: Martín"

"En ese momento había entendido que las olas eran la respiración del mar y venían y se iban en un sí y no constantes. Decían sí cuando llegaban y lamían la arena, y no cuando se alejaban. Sí... cuando poseían. No...cuando abandonaban"

"Simplemente quería que el silencio mojado les uniera un poco más."

"Él, rasgando con palabras la noche, le había preguntado a qué sabía la lluvia, y ella, sacando la lengua para saborearla, le había contestado que a lágrimas; entonces él, haciendo lo mismo, había concluido que la lluvia también tenía sabor a mar"

"A partir de esa noche, habían empezado a verse cada día para despedir el sol, coleccionar atardeceres y recoger caracolas"

"Vívían ebrios de caricias y sueños, nadando en los locos aleteos de las mariposas que sentían en el estómago, cuando las húmedas lenguas de sus interminables besos les rozaban el alma..."

"Habían pasado de coleccionar atardeceres nuevos a coleccionar días iguales, repetidos"

"Habían cambiado la alegría de saborearse a solas por la necesidad de la masa acompañada, pero como vieron que las otras parejas eran iguales que ellos, pensaron que habían entrado en la natural decadencia de los años matrimoniales, tan rica en pasados, tan vacía en presentes. No se dieron cuenta cuando el corazón dejó de cabalgarles desbocado entre sus abrazos para ir a dormir taciturno entre la almohada; ni notaron el quejido tenido, ni el medio luto que les insinuaba su muerte. Dejaron de mirarse con el alma y comenzaron a verse con los ojos"

"El mar de Garmendia del Viento nunca había vivido olas más bellas. Subían y bajaban creando un ballet de lujurias perezozas, en una cedencia de murmullos mínimos que confirmaban la placidez interior que estaban viviendo en ese instante. Susurrando infinitos síes. Como si el agua estuviera reafirmando la promesa que acababan de regalarse, concediéndoles ese vals de compases despeinados que él le había recitado el día que la conoció"

"Su voz le acariciaba el alma. Pero ella, ignorante en su juventud, desconocía que ese instante era glorioso. lo vivió y lo dejó pasar, como una novia primeriza, envuelta en organzas y tules, en ceremonias y fiestas. Amnésica de cuánto le costaría después a volver a sentir tanta ebriedad de dicha."

"¿Por qué será que cuando tenemos la felicidad soñada entre las manos, no la saboreamos más a fondo?; ¿por qué la felicidad nos pasa desapercibida en el segundo mismo en que la estamos viviendo y luego toca revivirla a punta de recuerdos?"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado lo que has publicado, pues no se suelen encontrar fácilmente frases de este tipo de Ángela Becerra.Aún no me he leído el libro, pero creo que pude gustarme mucho.

Anónimo dijo...

Este libro me ha gustado mucho, ya voy en el quinto capitulo. Se los recomiendo es muy bueno!!